martes, 2 de febrero de 2016


DESGRASAR UN CALDO















En el caldo ya frío podemos empapar la grasa que está en la superficie con sucesivos trozos de papel absorbente de cocina. 

Es entretenido y no es tan eficaz como seguir los siguientes pasos: 
(aunque siempre es mejor que no desgrasarlo en absoluto, por lo que, si no tenemos tiempo, esa es la solución)

1.- Retirar las carnes y huesos.

2.- Colar el caldo para separar impurezas.
3.- En cuanto esté a temperatura ambiente guardarlo en la nevera hasta el día siguiente.
4.-  Con el frío todas la grasa del caldo se solidificará formando una capa. y se retirará fácilmente

Debajo aparecerá el caldo líquido completamente libre de grasa o (si el caldo se ha hecho muy concentrado), gelatina semi sólida.

El único “inconveniente”  es que hay que cocinarlo el día anterior para que enfríe en la nevera toda la noche.

Una vez se haya desgrasado, se puede consumir, conservar en la nevera por unos días o congelar. 


Una forma sencilla de desgrasar el caldo cuando aún está caliente (y no tenemos tiempo de esperar hasta que enfríe y forme la lámina de grasa) es llenar un cucharón de metal con cubitos de hielo y pasarlo por la superficie del caldo. La grasa se pegará al cucharón y así podremos retirarla.





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